14 jul 2009

Estoy ante una casa sin fachada, como de muñecas, en la que todos los objetos y personas (tumbadas) están envueltos en cintas con la palabra “guilty”. Los suelos están algo inclinados y parece fácil resbalarse y caer por la pared que falta. Un bebé baja por las escaleras, la niñera se sienta en una silla al borde de la acera mirando hacia la calle, de espaldas al niño que ahora avanza por la acera. Pienso que cuando llegue a la esquina pueden atropellarlo los vehículos que pasan. Cuando llega, ya no hay vehículos sino un potro de patas largas y musculosas y una cría de elefante, pienso que vienen de un circo. Una niña india se acerca y le decimos (estoy con alguien más) que podría venirse con nosotros, su vida sería mejor. Temo que empiece a gritar que la estamos secuestrando pero calla y parece que le gusta la idea.

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