13 jul 2009
Estoy con mi cuñado viendo la tele y de pronto le digo: “¡Qué fresquito se ha de sentir al caminar descalzo sobre el agua!”. Mi cuñado me reta diciéndome a ver cuál de los dos era capaz de caminar sobre el agua sin hundirse; pero resulta que después me veo compitiendo con un trineo de plástico que impulso con mis pies, arrastrándome carretera abajo. El objetivo era llegar a casa, a donde parece que llego primero y allí me esperaban un montón de Chupa Chups, yogures y galletas, apilados en mi salón como si estuvieran en el almacén de un supermercado.
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