5 ago 2009
Voy a casa de mi novio y su madre me dice que se ha ido a Galicia a hacer unas pruebas en la Marina. Yo me quedo sorprendida y le digo que para qué se va sin decirme nada y que además él no sabía nadar. Ella dice que son sólo unas pruebas y que no se alistará. Me voy y tengo la sensación de que ya ha pasado mucho tiempo y no he tenido noticias de él. Me encuentro con su hermana y ella me invita a ir con ella a visitar a mi novio a la Marina. Cuando llego, él se muestra indiferente y ni siquiera se acerca. Al verlo así le digo que lo mejor será que todo termine entre nosotros y él parece alegrarse de que yo le diga eso. Le doy la espalda y me alejo lentamente, llorando sin consuelo y con la esperanza de que viniera a mí y me abrazara. La que se acerca es su hermana enojada y me dice que no desviara a su hermano de sus sueños, que no lo disuadiera con mis lloriqueos. La miro mientras me dice todas esas cosas y no puedo articular palabra. Un peso terrible me aplasta el pecho y sólo puedo llorar.
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