Bajo contra mi voluntad por un tobogán de gran pendiente. Ésta se va haciendo cada vez más pronunciada, hasta que dejo de controlar la velocidad de mi descenso. Me entra el pánico y noto un sudor frío que invade mi cuerpo. Quiero gritar para pedir ayuda, mas nadie parece escucharme. Siento un agobio tremendo, y de repente me despierto sobresaltado. Al comprender que ha sido un mal sueño, respiro aliviado.
Aún no he utilizado este sueño en ninguna de mis novelas o relatos, pero pienso hacerlo a no tardar mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario