Voy conduciendo un todo-terreno con mi hija al lado, de copiloto. Me
entretengo por un instante y doy un volantazo para evitar chocar con
algo, pero me salgo de la vía y embisto la valla del puente por donde
pasábamos. Caemos a un río. El coche se llena de agua al instante y no
sé cómo, pero nos las ingeniamos para llegar a tierra. Enseguida nos
encuentran, pero nuestros familiares eran más viejos, como si hubiéramos
estado perdidos mi hija y yo durante varios años. Sin embargo nosotros
seguíamos igual de jóvenes. Voy a la casa de un tío mío y no me
reconocía, parecía un desequilibrado mental. Me pongo a conversar con él
y le digo que mi hija también había perdido la cabeza. Empiezo a llorar
desesperado y mi tío se ríe y susurra frases para sí mismo.
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