22 ago 2012

Le digo a mi marido que voy a casa de un amigo que tenemos en común, pero cuando llego a esa casa la que está es la actriz Elsa Pataky. En mi sueño estaba mucho más guapa de lo que se la ve en la tele o en las revistas. Tenía un rostro juvenil, una melena muy larga y rubia y un gesto amable en el rostro. Parecía un ángel. Nos sentamos en el sofá y empezamos a conversar. Nos acercamos y nos besamos y mantuvimos relaciones sexuales. Después estoy nerviosa y le digo a la chica que estoy casada. Salimos corriendo de la casa y nos vamos a la orilla del mar. Allí nos sentamos sobre unas tablas, parecía un muelle flotante, atado a la orilla con unas cuerdas. Estaba atardeciendo y nosotras planeábamos lo que yo le contaría a mi marido cuando llegara a casa.
Voy conduciendo un todo-terreno con mi hija al lado, de copiloto. Me entretengo por un instante y doy un volantazo para evitar chocar con algo, pero me salgo de la vía y embisto la valla del puente por donde pasábamos. Caemos a un río. El coche se llena de agua al instante y no sé cómo, pero nos las ingeniamos para llegar a tierra. Enseguida nos encuentran, pero nuestros familiares eran más viejos, como si hubiéramos estado perdidos mi hija y yo durante varios años. Sin embargo nosotros seguíamos igual de jóvenes. Voy a la casa de un tío mío y no me reconocía, parecía un desequilibrado mental. Me pongo a conversar con él y le digo que mi hija también había perdido la cabeza. Empiezo a llorar desesperado y mi tío se ríe y susurra frases para sí mismo.