17 sept 2009

Estoy en una fiesta, en una casa muy grande, una mansión preciosa y llena de gente muy rica y todo era muy lujoso. De pronto me dan unas ganas tremendas de hacer pis y me voy metiendo en varias habitaciones de la casa buscando un baño. Habían unos pasillos muy largos y oscuros y sigo caminando hasta salir a un balcón. Entonces el balcón tiene como unos 6 o 7 retretes peroooo (sí que es un poco asqueroso) estaban todos llenos, desbordados de heces fecales.

10 sept 2009

Es de noche y estoy tumbado en mi cama pero me salen los pies por debajo de la sábana.
Está todo muy oscuro pero veo el pasillo a través de la puerta abierta. Pasa una persona, casi no se ve. Es mi madre, entra y me clava las uñas en la planta de mis pies. No puedo moverlos.
Recuerdo un sueño que tuve pocas semanas después de la muerte de mi abuelo en donde lo veía a él con una camisa y unos pantalones blancos de lino y sonreía mucho y me llamaba para jugar con él. Era como si yo fuera un niño otra vez y me sentía feliz de verlo y poder jugar juntos en la playa.

5 sept 2009

Estoy duchándome y cojo una maquinilla para afeitarme las axilas pero estoy como pensando en otra cosa y voy pasando la maquinilla hasta llegar al pecho y me encuentro afeitándome también la barriga y me horrorizo: "Jopé!, ahora me saldrán más pelos y más gruesos!" Pero ya que había empezado...

4 sept 2009

Tengo una rana que acaricio y beso y juego con ella y eso que les tengo pánico, pero en mi sueño me divertía mucho. La pongo en el suelo y veo que no se mueve. No estaba muerta, pero moribunda. Le doy palmaditas en el culete para que reaccione y se muere. Me queda cargo de conciencia porque recuerdo que mi madre me había dicho que a las mascotas no se les toca tanto y menos cuando son pequeñas. Mi rana era distinta a las demás porque no era viscosa y su carita parecía sacada de un libro de cuentos y su cuerpecito era como el de un bebé recién nacido, pero verde. Voy al salón a decirle a mi padre lo que había sucedido y entonces el saca un cajón que estaba lleno de sapos y ranas. No se movían, mas bien parecían estatuillas de barro, pero se supone que estaban vivos. Al final no quise ninguno.