5 ago 2009

Estamos todos cenando en la mesa de la cocina, cuando mi abuelo empieza a toser muy fuerte y se levanta desesperado. Todos vemos que está ahogándose, parece que se ha atragantado con algo. Mi padre empieza a pegarle por el cogote; pero esa no es la solución y mi abuelo se desespera aún más diciéndole a mi padre, con un gesto con la cabeza, que no haga eso. Yo desesperada me levanto y poniéndome por detrás de mi abuelo, hago que se incline hacia adelante y mientras le presiono el abdomen con mi brazo izquierdo, le golpeo la espalda con mi palma derecha. Inmediatamente sale el maldito bocado de su boca y mi abuelo suspira aliviado, pero se va de la cocina sin mirarme ni darme las gracias.

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